El Amazonas de Costa Rica

Decidimos explorar el pueblo en nuestro primer día. Pudimos tener una visión de la vida diaria en este rincón del mundo, gracias a sus calles estrechas y sin asfaltar, así como a las tiendas de artesanías y pequeños restaurantes que encontramos. El ambiente sereno y el ritmo relajado ofrecían un agradable contraste al ajetreo de la ciudad.

Nos despertamos temprano para comenzar nuestro día en el parque. Andrés, nuestro guía, nos hizo un recorrido en bote por los canales. A medida que avanzábamos con calma sobre el agua, Andrés nos indicó la presencia de caimanes, iguanas y una asombrosa diversidad de aves, desde tucanes hasta garzas. Los sonidos de la naturaleza llenaban el aire, dando vida a la selva que nos rodeaba.

Una vez que terminamos el paseo en bote, decidimos aventurarnos caminando por la selva. Recorrimos senderos rodeados de exuberante vegetación, mientras Andrés nos enseñaba plantas medicinales y nos informaba sobre los esfuerzos para preservar la región. La riqueza de la flora y fauna que vimos fue asombrosa: Hay monos aulladores, ranas venenosas y también mariposas de colores brillantes.

El día alcanzó su punto máximo al llegar la noche. Decidimos ir a la playa para presenciar el increíble desove de las tortugas marinas bajo la luz de la luna. Presenciar cómo estas gigantescas criaturas emergen del océano y depositan sus huevos en la playa fue un momento de gran emotividad. Siempre recordaré la dedicación de las tortugas y lo hermoso de este proceso natural.

Tortuguero no es solo un destino turístico, sino también un santuario de vida silvestre que demuestra la importancia de la conservación. Mi experiencia en este lugar fue una increíble aventura que me permitió conectarme de manera profunda con la naturaleza y valorar aún más la diversidad biológica de Costa Rica. Definitivamente, cualquier persona que ame la naturaleza debería visitar este lugar.

Puedes aprender más acerca de la magia del Amazonas de Costa Rica y el desove de tortugas a través de este enlace.